Viaje por la historia de la cerrajería

Fue el hecho de que las personas intentarán proteger sus pertenencias de la acción de los demás lo que hizo a la cerrajería ir evolucionando a lo largo de la historia. La progresiva evolución de las cerraduras tal como hoy las conocemos es curiosa e interesante, como repasaremos más abajo.

El concepto de cerrajería.

La existencia de la cerrajería está directamente ligada con la necesidad de las personas de proteger sus bienes frente a la amenaza exógena. No obstante, este universo ha ido abarcando labores como la instalación, la reparación y el mantenimiento de cerraduras, candados y cerrojos, pensadas siempre para que terceras personas no se apropiaran de lo que no les pertenecía.

Evolución de la cerrajería.

Los cerrajeros del siglo veintiuno fueron conocidos un día como herreros, ya que, en sus orígenes, la cerrajería estaba asociada a la forja (de ella partieron las primeras llaves y cerraduras de la Historia, orientadas a que sólo los dueños de los bienes pudieran acceder a ellos). No se conoce con exactitud el origen de la cerrajería, mas sí que se le puede atribuir a los chinos y a los egipcios. Estas civilizaciones fueran pioneras en la protección de propiedades, dando el salto más tarde la cerrajería a culturas como la griega o la siria, que fueron confeccionando cerraduras cada vez más fuertes.

Antes de Cristo podían hallarse dos clases de cerraduras, las de hierro (eran muy seguras, de ahí que los ricos los usaran mayormente) y las de madera (más inseguras, empleadas por la población más humilde). No obstante, “cerradura” es una palabra con procedencia en el latín, “serrare”, es decir, “cerrar”.

Fueron los romanos, obsesionados con buscar mayor protección y con aprovechar la tecnología del hierro, los inventores de la vuelta de llave, que aportaba gran seguridad en aquella era. En la Edad Media, la cerrajería alcanza una nueva dimensión, ya que su evolución se produce tanto en el apartado práctico como en el estético (cada vez se hacían cierres más elegantes), lo que lleva a hacer de las cerraduras una forma de distinción de las clases altas; el pestillo aparece en este periodo.

Ya en el siglo XVIII, José Bramah aportó a la humanidad el invento de la cerradura de seguridad o resorte (1784), imposible de ser abierta hasta que Alfred Charles lo hiciera 60 años después. De aquí partieron diversas investigaciones que derivaron en la cerradura con detector (Jeremiah Chubb, 1818) y en la cerradura de combinación con llave intercambiable (James Sargent, 1857). A partir de esta última se crearía una cerradura que se cerraba sola pasado un tiempo (1873).

Por su parte, Linus Yale inventó en 1848 la cerradura del vaso de perno, que distinguía las llaves por medio de tubitos interiores en la cerradura; más tarde, estas llaves se harían planas y con bordes serrados, lo que sentó las bases de las llaves actuales. En 1916, Samuel Segal dio vida a una cerradura (la Jemmy) mediante la cual solo se podía abrir desde dentro del espacio, sin que personas ajenas pudieran acceder. La cerradura Master Lock Company (1921) y la evolución del cerrojo (1924) fueron las dos grandes obras de Harry Soref.

El rol en la Historia que han tenido los cerrajeros.

Proteger los bienes y los documentos de importancia de la acción de los ladrones es el principal rol que han tenido los cerrajeros a lo largo de la Historia. Incluso los cerrajeros que trabajaban junto a reyes y poderosos en otros tiempos tenían que hacer juramentos bajo pena de muerte en los que no podían abrir sus cerraduras a nadie que ellos no quisieran.

El cerrajero en nuestros días.

La responsabilidad del cerrajero ha ido disminuyendo con las décadas. A día de hoy, su principal función es velar por la seguridad del cliente en su hogar. Estar operativo cuando las personas pierdan las llaves o acudir a cambiar las cerraduras después de un robo de llaves son otras de las funciones más usuales. Realizar copias de llaves, abrir cerraduras de diversos lugares o vender sistemas de seguridad son otras de sus tareas.

Con los años también se ha perdido la idea de que el de cerrajero era un oficio que pasaba de padres a hijos; a día de hoy cualquier puede desempeñar la profesión, toda vez que se especialice y que adquiera los conocimientos pertinentes.